Pipi Romagnoli no anda con vueltas: admite que San Lorenzo no tiene chances de pelearle el título a River. "Ahora hay que esperar al próximo campeonato".
El silencio es testigo de una ilusión que se cae. San Lorenzo acaba de perder ante Vélez. Ya no quedan aspiraciones. Leandro Romagnoli ingresa a su casa en Villa Soldati con el ánimo por el piso. Sabe que otra vez el equipo se quedó sin nada sobre el final del campeonato. Entonces, ni siquiera prende el televisor para ver las imágenes del partido, como acostumbra seguido. La fórmula para calmar tanto dolor es despejar la mente. Por eso, se sube a su Peugeot 206 y se va hasta lo de un amigo. "No quise ver nada. Me la pase jugando al Play Station. Mi equipo era Brasil", cuenta el Pipi. La sonrisa se le dibuja por un momento, pero dura segundos. El golpe no se asimila...
-¿Queda alguna chance?
-En lo personal creo que ahora hay que esperar al próximo campeonato. Esto ya se terminó... Matemáticamente todavía hay alguna cuenta para hacer, pero es muy difícil que River pierda tantos puntos. Ahora tenemos que hinchar para que Racing le gane.
-¿Pensás que se puede dar?
-Y... Racing es un clásico, es diferente, no podemos decir que ya le ganó, pero sabemos cómo juega River y los problemas que tiene Racing. Es una lástima que no se haya jugado con la lluvia porque se les complicaba más por su juego. Igual, nos aferramos a eso porque es el único que podría sacarle puntos. Después juegan con Ferro y, aunque quizá complique, no le puede hacer fuerza.
-El plantel ya imaginaba una final contra River: ¿la ansiedad les jugó en contra?
-Es verdad que todos soñábamos con la última fecha. Pero sabíamos que nos quedaban dos partidos importantes frente a Vélez y Gimnasia de Jujuy, había que ganar para llegar a la final y no se nos dio. Tuvimos mala suerte, pero también cometimos algunos errores.
-¿Que tipo de errores?
-No nos paramos bien en la contra de Vélez. Nos desordenamos, nos pusimos nerviosos, cometimos errores infantiles que a esta altura, si querés salir campeón, no podés tener. Estoy triste, me molesta que se nos haya escapado el título otra vez a último momento.
El control remoto da una y mil vueltas sobre sus manos. Sin embargo, Romagnoli nunca presiona el botón para encender la tele. Claro, sabe que las imágenes del gol de Patricio Camps pueden aparecer de inmediato. Por un instante el silencio que arrastra la amargura regresa. Y se rompe no bien Rita, su madre, se acerca para servir una gaseosa. El Pipi toma un poco y continúa con su relato: "Cuando entramos al vestuario fue una gran tristeza, todos estábamos con la cabeza gacha. El único que hablaba era Oscar (Ruggeri). Nos alentaba, quería levantarnos el ánimo pero era inútil. No teníamos consuelo".
-¿Los golpes pueden servir para que el grupo madure?
-Ojalá que dejen enseñanzas y se pueda madurar para lo que viene. Debemos salir a la cancha con otra actitud en partidos decisivos, para que no nos pase lo mismo.
-Siempre les ocurre en el momento de la definición.
-Sí. Tal vez eso nos pesa antes de entrar a la cancha. Sabemos que nos cuesta en los partidos clave. No sé por qué nos pasa: Oscar nos habla, nos pregunta por qué nos desordenamos cuando nos meten un gol. No sé qué nos pasa, por qué nos descontrolamos. Lo único que sé es que debemos mejorar.
-¿Les duele que se diga que en una instancia clave se caen?
-Molesta que nos pongan el mote de caernos en las últimas fechas, mismo por los hinchas. Jode que te digan que cuando faltan tres fechas arrugás, que te falta chapa para ser campeón. A mí y al resto del plantel no nos gusta que nos pongan ese cartelito en la frente.
-¿Esta vez duele más?
-Sí, porque estábamos más cerca. En el otro (NdeR: el Apertura 99) nos quedamos afuera mucho antes. En cambio ahora estábamos ahí, si le ganábamos a Vélez, jugábamos casi casi una final con River. Siento que la desaprovechamos, sobre todo porque eso de vamo, vamo los pibes ya no va más. A partir de ahora la exigencia será cada vez mayor.
-¿Faltan jugadores con experiencia dentro del plantel?
-Pienso que no. En el grupo está Campagnuolo, Tuzzio, Ameli... Igual quizá falten un poco más. Pero está claro que River y Boca en lo colectivo te sacan más experiencia. Sobre todo, porque son equipos acostumbrados a jugar más finales que nosotros. En todo caso, Oscar decidirá si necesita traer jugadores de experiencia para ganar campeonatos, o si es conveniente hacer una combinación mejor entre experiencia y juventud.
Por un momento, Romagnoli pretende olvidar el mal trago y va en busca de Aylen, su sobrina de apenas dos meses y medio, la hija de su hermana Natalia. El rostro de la nena es la imagen que el enganche se estampó en una remera que desde ahora lleva debajo de su camiseta en cada partido. Sólo espera poder gritar un gol para hacerla famosa. Mientras tanto, la tiene en sus brazos y vuelve a sonreir. Aylen lo mira pero no entiende la desilusión de su tío. Su mirada le apunta a la cámara del fotógrafo.
El momento de distensión pasa. El Pipi tiene algo que decir a pesar de sus 19 años. Ya piensa como adulto. Y asume ese rol. Sobre todo, porque cuesta encontrar jugadores que salgan a hacer declaraciones después de una derrota. "Es más fácil hablar cuando uno gana. Si perdés, te escondés. Pero si hablaste en las buenas, también aparecé en las malas". El pibe da la cara, por más que duela. La ilusión de San Lorenzo se esfumó. "Puede ser que haya llegado el tiempo de vegetar. Muchas más chances no nos quedan". Es su última frase. El silencio se escucha...
Martes 4 de julio de 2000
Fuente: Ole.
Marianela Colipe
(marianelacolipe@gmail.com)