CORRESPONSAL. No será la fecha de su cumpleaños, pero sin dudas que no la olvidará: 29 de enero. Ese día, Leandro Romagnoli sufrió la rotura de ligamentos cruzados de la rodilla derecha. Ironías del destino: no había jugado ese amistoso como titular porque Pellegrini lo quería preservar para el arranque de la Libertadores. El Ingeniero vio tranqui el partido con Racing y mandó al Pipi a la cancha. El final es conocido. Casualidad o causalidad, San Lorenzo quedó afuera en la primera ronda de la Copa, el equipo se empezó a caer, llegó el cordobés Claudio Sarría para intentar cubrir el hueco, pero no funcionó.
El presente encuentra al Pipi con una sonrisa, bien, tranquilo, a full y con otra fecha en la mente: 26 de julio, justo el arranque del Apertura. En Mar del Plata, Leandro se entrena de manera diferenciada. Por el momento, practica junto con Sebastián Saja y José Ramírez, los arqueros. El grupo hace algunos picados, aunque el volante prefiere esperar. "Ya recibió el alta médica porque cumplió muy bien con los plazos establecidos", dijo Miguel Angel Crespo, el médico. De acuerdo con la opinión del doctor, el Pipi está joya. Por eso, el lunes empezará con las prácticas de fútbol. Lentamente, se reencontrará con la pelota porque hasta ahora sólo prefirió cuidar su rodilla derecha, obvio. En los entrenamientos técnicos y tácticos usó la zurda.
"Arrancará con fútbol en unos días. La idea es llevarlo de a poco, que le dé 10 ó 15 minutos a la pelota, sin apuro", le aseguró a Olé Rubén Darío Insúa. Romagnoli, mientras tanto, prefiere el bajo perfil hasta que otra vez la alegría llegue dentro de una cancha. Jorge Macagno, el kinesiólogo, también lo nota bien: "Se recuperó bárbaro. Y los trabajos kinésicos que está haciendo son los mismos que el resto del plantel", aseguró. En lo demás, se mueve sin dramas: realiza cambios de ritmo intensos, velocidad y todo lo referente a lo táctico.
En julio, el equipo jugará varios amistosos y ahí el Pipi podría entrar unos minutos. Para el Gallego, la recuperación de este jugador de 21 años es clave. Desde la llegada del entrenador se fueron muchas figuras, pero San Lorenzo perdió —voluntariamente— dos futbolistas que podrían taparle en forma transitoria el hueco: Leonardo Rodríguez y Claudio Sarría. También vendieron a Walter Erviti y prestaron a Guille Franco. Así, en las prácticas de fútbol que realizó San Lorenzo en el Polideportivo de Cadetes de San Martín, el complejo de Juan Esnaider, el Ciclón mostró su modelo 2002: sin enganche definido.
Pusineri por la derecha y Di Lorenzo por la izquierda se proyectan e intentan generar fútbol cerca de los puntas, Acosta y Cordone. Eso obliga a Insúa a poner un doble volante central para que el equipo no quede descompensado en la mitad. Con Romagnoli será otra historia, claro.
Martes 25 de junio de 2002
Fuente: Diario Ole.
Marianela Colipe
