El ex niño mimado del Ciclón habla de su vida en Portugal y sobre la moda de los jugadores que se van a jugar a Rusia, China y Ucrania: "A esos lugares en los que te perdés, sólo vas por la plata y generalmente después te arrepentís".
IGNACIO FUSCO |
En el revés de esta contratapa, es decir, en la brillante tapa de su Olé, usted podrá leer una noticia que se intuye saludable: la vuelta de Maxi Moralez a Racing. Ahora bien: ¿qué relación puede existir entre ese enganche y este otro, que ahora habla, obstinado, desde Portugal? Que es justamente Leandro Romagnoli el último crack que San Lorenzo parió, quien se larga, accidentalmente solo, a charlar de "Ucrania, China, Rusia, esos lugares en los que te perdés y a los que sólo vas por la plata, y es algo de lo que generalmente después te arrepentís, te das cuenta de que allá es otra cosa". El enganche también pisa, talentoso, la verdad; alumbra, antagónico, el lado oscuro de la moneda.
-¿Pero eso lo ves bien, lo ves mal?
-No, mal no. Está bien el que piensa primero en lo económico y está bien, también, el que piensa en el fútbol. Lo más importante es que no te obliguen a nada. Porque suele pasar en este fútbol que te quieren meter arriba de un avión a toda costa. "Tenés que ir", te dicen, y no, si no quiero, no quiero. Ahora, si vos dijiste que sí...
-La guita...
-Obvio, pero vas a Rusia, vivís unos meses allá y te arrepentís. Qué sé yo, capaz pensabas que Rusia era otra cosa, pero en realidad tendrías que enterarte bien qué pasa donde vas a vivir. Para mí, Maxi dijo que sí pero no sabía bien cómo era allá. Ojo, lo digo con respeto, yo sé que no es fácil, porque también es cierto que los jugadores muchas veces nos sentimos manoseados. Vas a un lugar, jugás un año, el técnico no te quiere, después otro año allá, y así todo el tiempo. O jugás en tres clubes en un año.
-Y el que lo hace, después te dice que el sacrificio valió porque tiene la billetera llena. Es cierto lo del manoseo, pero también es difícil no dejarse manosear.
-Porque sabemos que el fútbol es así, te lo tenés que meter en la cabeza. Si te gusta el fútbol y lo económico, bancátela. Mucho no se puede hacer.
-Volviendo a lo del manoseo: ¿de cuántas cosas que suceden ustedes ni se enteran?
-De varias, varias cosas, aunque tampoco sabés si vale la pena ponerse a averiguar. A veces pasa que se cae un pase a un club al que justo vos querías ir, y te dicen que no, que no se hizo, pero vos sabés que no te dicen la verdad, o no te dicen todo, todo, lo que pasó. Es así.
-¿Y entonces?
-Y entonces después te vas olvidando, volvés a empezar, ¿qué vas a hacer? A vos te dicen que se cayó por no sé qué desacuerdo con los dirigentes, ponele, y seguro que el tema era de guita, por otra cosa. Cuando yo jugaba en San Lorenzo me veía siempre ahí, con mi familia cerca, el barrio, los amigos, pero todo el mundo me decía: "Te vas a tener que ir". Y yo no quería irme a ningún lado, pero... La cabeza, a veces, te mata.
-Justo ahora, después de tantos años, San Lorenzo abrió la chequera.
-Ahora hay plata, je...
-Allá, igual, bien, ¿no?
-Sí, sí. Portugal es lindo, el idioma no es tan complicado. Y pese a que tampoco estoy en China, Rusia, je, la verdad que extraño mucho. Siempre me acuerdo, de pibe, cuando jugábamos contra los bolivianos, en el barrio, por dos cajones de cerveza. Yo vivía ahí de la cancha de San Lorenzo, pero en el barrio eran todos quemeros. Mi viejo, Atilio, jugó en Huracán.
-Ahora decí que la primera cancha que pisaste fue la de Huracán.
-No, no, la de San Lorenzo. Mi vieja y un tío me hicieron del Cuervo.
-Qué poca fuerza hizo el viejo. ¿Puedo dudar?
-Me dejó elegir. Igual, je, en el barrio siempre me decían: "Eh, vos sos de Huracán...". Toda la vida me jodieron con eso. Y bueno, esa duda va a estar siempre.
-¿Cómo duda? ¿Qué, había que dudar nomás?
-Eh... no, no... esteee... en serio, no... Yo tengo el corazón en San Lorenzo, siempre quise darle lo mejor, y más lo aliento ahora, como hincha, que se viene la Copa. Se reforzó lindo, ¿no? Ojalá, deseo, que la pueda ganar. Ojalá...
Fuente: Ole
Marianela Colipe
