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Saja - Romagnoli campeones de 1 a 10

Viernes, 13 de diciembre de 2002


Acaban de dar la tercera vuelta olímpica en un año y medio. Fueron fundamentales en la conquista de la Copa Sudamericana. Y ya piensan en la Selección. "No podemos creer todo lo que nos pasa", dicen.



Tan distintos, tan iguales, tan campeones... Parecen el agua y el aceite en ciertas cosas; parecen dos gotas de agua en algunas otras. 


Están ahí, en ese vestuario ganador, festejando, cantando, abrazándose. Se acercan, se alejan. Se miran, se ríen, se cargan, se abrazan. Sus caras de nenes no se condicen con tanto título sobre el hombro, sobre los hombros. 



Uno, grandote y de buen lomo, se deja caer sobre un banco y mentalmente huye de esas cuatro paredes transpiradas: tal vez recuerda cuando en sus primeros cumpleaños en Brandsen sólo jugaba a atajar globos.



El otro, menudo y compadrito, abre la puerta de su armario quizás para buscar recuerdos de sus primeras gambetas en Villa Soldati. 



A simple vista, entre tanto canto y tanta gloria, son dos más en ese copadísimo grupo de jugadores de San Lorenzo. Pero no, mirada errónea: no son dos más. Sobresalen del resto. 



Tienen un plus, tienen ángel, tienen con qué. ¿Por dónde empezar las comparaciones entre el Chino y el Pipi, entre el 1 y el 10? Son tantas las cosas que los separan como las que unen a este Saja y a este Romagnoli. 



También, a primera vista, no tienen mucho en común. Los separan kilómetros, casi tantos como los que distancian a Coronel Brandsen del quemero barrio capitalino donde se crió Romagnoli. 



Uno del interior, otro porteño; uno arquero, otro crack; uno zurdo, otro derecho; uno locuaz, gritón, polémico y el otro calladito, manso, obediente. 



¿Se parecerán en algo? 



--Eso, a ver, chicos, digan ustedes: ¿en qué se asemejan? 



Como si estuvieran en Feliz Domingo, le van contando al grabador una coincidencia cada uno, sin repetir y sin soplar. A partir de este momento, ya... 



Saja: - Somos pibes, pero hace años que estamos en 1 y ya ganamos tres títulos juntos: Clausura 2001, Mercosur y ahora la Sudamericana. 



Romagnoli: -Hicimos las inferiores en San Lorenzo y los dos debutamos con Ruggeri como técnico. 



Saja: -Fuimos alguna vez convocados por Pekerman para las selecciones juveniles. 



Romagnoli: -Somos los dos únicos jugadores de San Lorenzo citados en enero, por Bielsa, para la Selección mayor. Modestia obliga, hasta ahí llegan ellos: stop. 



Y es entendible. Pero claro que las semejanzas continúan: son los dos mejores pagos de este plantel multicampeón; son los dos principales objetos del deseo de varios clubes europeos; son líderes, uno por personalidad, otro por juego... Son, en definitiva, las joyitas del equipo, dos diamantes que iluminan con luz propia pese a los 23 años del Chino y los 21 del Pipi. Vale la pena escucharlos, entonces: 



Saja: -Somos campeones de la Sudamericana por muchas razones. Encaramos la Copa con la seriedad que no le dieron equipos como River o Boca. Armamos un equipo muy competitivo que, si bien al principio tuvo algunos problemas, a la larga terminó siendo el mejor. Y también fue muy importante el rendimiento individual de ciertos jugadores, como Romagnoli, quien tras recuperarse de la lesión de rodilla volvió a ser el conductor del equipo. 



Romagnoli: -Sebastián también fue clave en esta consagración, como cuando se atajó todo en la definición por penales ante Racing o en La Paz ante Bolívar. Y hasta hizo un gol de penal en la final de Medellín. Yo siempre digo que Saja es la versión buena de Chilavert. 



--Pipi, ¿cuándo empezaste a sentirte campeón de esta Copa? 



-Tras la primera final con Atlético Nacional. No lo podíamos decir, pero con el 4-0 allá sentíamos que no se nos podía escapar. Igual, siempre supimos que acá no podíamos relajarnos. No pudimos hacer un gol: fue 0 a 0, pero hubo fiesta igual. 



-Seba, ¿se goza más un título cuando la gente deja a los jugadores festejar en paz, sin invasión de campo? 



-Por supuesto. A mí en el Clausura 2001 me robaron una cadenita con un guante que yo tenía de cábala. Y en los penales ante Flamengo, antes de atajar el último, me la saqué porque ya había muchos hinchas en el campo de juego. Esta vez la organización y la seguridad estuvieron bárbaras: lo disfrutamos un montón. 



-¿Y ahora qué? Para ambos se viene la Selección y alguna casi segura oferta desde Europa... 



Saja: -En ningún momento se me cruzó por la cabeza que éste podía ser mi último partido acá. Ganar esta Copa me ilusiona para continuar pensando en lograr más cosas. Yo no creo que este haya sido mi último título en San Lorenzo. 



Romagnoli: -Creo que el 2003 me va a encontrar acá de nuevo. Ya me pasó varias veces eso de creerme que ya estaba vendido a Alemania, y al final, seguía en el mismo lugar. Así que ahora no me hago ni media ilusión con una venta. Nos vamos a tirar de cabeza al Clausura. Si no hay muchas ventas, podemos ganarlo. Boca, River y Racing estarán con la cabeza en la Copa, así que nos quedaría Independiente como el gran enemigo al título. 



Saja: -Ahora quiero tomarme una semana para disfrutar esta Copa. Después sí me voy a poner a pensar en la Selección. Reconozco que tengo muchas ganas de que llegue el 2 de enero a las cuatro de la tarde para ponerme el buzo de Argentina. 



Romagnoli: -A veces hablo con mis amigos y con mi familia de la manera increíble en que se está dando mi carrera. Primero fue debutar; después, salir campeón con Pellegrini; luego, ganar el Mundial Sub 20. Y este año, salvo mi lesión, fue redondito: Mercosur, Sudamericana, Selección... ¿Se puede pedir algo más? 



No paran de besuquear la Copa, aunque se reservan un par de besos para sus amores. 



Detalle: los noviazgos de Sebastián con Noelia y del Pipi con Celeste son una coincidencia a punto de disolverse. Es que Saja cambiará de bando: este 4 de enero, permiso de Bielsa mediante, dará el sí ante el altar. 



Y Romagnoli, por más enamorado que ande, piensa jugar varios partidos más en el equipo de los solteros.


1 Sebastián Saja y Leandro Romagnoli llegaron a San Lorenzo de chiquitos y recorrieron un largo camino en Inferiores. 


2 Los dos saltaron a la Primera división y al fútbol grande impulsados por el mismo técnico: Oscar Alfredo Ruggeri. 



3 Tienen corta edad (23 Saja; 21 el Pipi) pero lograron juntos tres títulos: Clausura 01, Mercosur y Sudamericana.



4 Son los dos mejores pagos del plantel y tienen un inminente destino europeo. Varios clubes quisieron llevárselos.



5 Cada cual a su debido tiempo, fueron vistos por José Pekerman y llevados a los seleccionados juveniles argentinos.



6 Son los únicos integrantes de San Lorenzo que Marcelo Bielsa convocó el 2 de enero para trabajar con la Selección. 


Miguel Bossio Especial para Mas Deportes



Marianela Colipe
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Amigos más allá de los colores

Juan Carlos Padra, de Huracán, y Leandro Romagnoli, de San Lorenzo, tienen una amistad de 16 años, a pesar de vestir camisetas rivales. Ellos son un símbolo de paz para un clásico cargado de tensión
Sábado 09 de noviembre de 2002



“¿Sabés cuántos clásicos jugamos en las inferiores? Un montón. A veces ganaba San Lorenzo, en otras ganaba Huracán, era más parejo que en el profesionalismo; poníamos la pierna bien fuerte, nadie quería perder. Pero después del partido broméabamos un poco por el resultado y, a la tardecita, volvíamos a la plaza a seguir con la pelota. Siempre fuimos amigos y vivíamos el fútbol como una fiesta que duraba todo el día...”
// // //
Tenían cinco años. Leandro le pidió la pelota a Carlitos, el dueño del juego bonito del equipo; luego de un par de gambetas, dejó en soledad a su flamante compañero, que definió con clase otro encuentro sin paridad. Es que Franja de Oro, un modesto club de Nueva Pompeya, que divertía a propios y extraños, lucía en el equipo a los lujos de Leandro Romagnoli y Juan Carlos Padra, talentos de San Lorenzo y de Huracán 16 años más tarde.
“Yo jugaba de once, bien de wing, como mi papá, que fue jugador. Padra era el diez del equipo, el que manejaba todo; yo estaba más cerca del arco. Después, teníamos que decidir nuestro futuro y tuvimos que cambiar de vereda. Otra no nos quedó...”, cuenta Romagnoli, en el quincho de su casa, junto con el mejor de sus amigos.
Son compadres desde siempre. Tienen bajo la piel las camisetas N° 10 y viven con la misma pasión de aquellos días el clásico de barrio, que se jugará hoy, una vez más. Romagnoli será titular y Padra actuará en la reserva, para que el talento no se ausente en ninguno de los dos cotejos.
De Franja de Oro, ocho años después, Padra siguió el sueño quemero; Romagnoli, la ilusión azulgrana. No pudieron –no quisieron– traicionar sus sentimientos. Allí escalaron con goles, caños y esperanza el trampolín que les dio el gran salto a primera. Pero ellos, amigos desde el preescolar, siguieron fieles a la costumbre. En la esquina de la casa de Pipi, allá por Villa Soldati, se reunían siempre a hablar de fútbol, de Huracán, de San Lorenzo, de mujeres y de sueños. Vivían a diez cuadras de distancia, y aún viven a diez cuadras de distancia. “En esa época compartíamos muchas cosas, hasta las minas compartíamos... No, en serio, nosotros éramos (y somos) muy unidos, no nos importaba si a uno le iba mejor que al otro. Porque cuando Huracán perdía con San Lorenzo después siempre íbamos a la misma plaza, con la misma gente, a jugar los mismos partidos. ¿O acaso los hinchas de Huracán y San Lorenzo no pueden ser amigos?”, se pregunta Padra, con flamantes claritos en el pelo y nuevos tatuajes.
Son fanáticos de las marcas en la piel. Tienen varias, pero comparten una debilidad: la imagen de sus madres. Norma luce orgullosa en la piel de Padra; Rita vive desde hace algunos años en el pecho de Romagnoli. Aquella esquina de la avenida Rabanal al 2000 y pico sigue siendo la debilidad de dos pibes de barrio. Pero la profesión, los viajes, las concentraciones y las novias (Celeste, de Romagnoli, Milena, de Padra) no dejan tanto tiempo libre. Prefieren ir a comer, a tomar algo y quedarse en casa, muy cerca de los suyos.
Se ponen las camisetas, con el sello del 10. Padra, desfachatado por naturaleza, dice que el nuevo diseño “le encanta”; Romagnoli, tímido desde siempre, cuenta que es la misma que voló en la altura de La Paz, en el match ante Bolívar, por la Copa Sudamericana, días atrás.
Vuelven a la plaza, a la misma plaza que divertía a un puñado de pibes con sueños de grandes. Se sacan las fotos, mientras los pedidos de autógrafos no cesan. Pero dicen que la fama es puro cuento. Que ellos son los mismos que alguna vez se divertían en boliches como Puerto, Club X y The End. Los mismos que dejaban a un lado la pelota y sufrían en la escuela San Martín, con varios aplazos y mucha fuerza de voluntad. “Yo terminé la secundaria, pero Pipi siempre fue muy vago (carcajadas) y dejó en primer año. Yo siempre le decía que siguiera; mirá que le insistí, eh”, sentencia Padra, con la sonrisa cómplice. “Y..., nunca me gustó. Repetí en el Estrada y después fui a la misma escuela que él. A Carlitos siempre le fue mejor que a mí, sobre todo con las mujeres... (otra carcajada)”, explica Pipi.
Tienen 21 años, pasó vida por sus cuerpos. Goles, frustraciones, títulos, promesas. Corren con clase en cada campo y viven como pocos el clásico de barrio. “Gana Huracán 2 a 1, con goles de Villa; Leandro va a hacer el del descuento, en el final, que no le va a servir para nada...”, asegura Padra. “No, pará, pará. Gana 2 a 0 San Lorenzo: Astudillo y Chatruc”, contesta Romagnoli. Pero qué importa el resultado si, como aquellos días juveniles, Leandro y Carlitos volverán a encontrarse en la misma esquina de siempre, con ganas de compartir otro picado entre amigos cuervos y quemeros...
Por Ariel Ruya
De la Redacción de LA NACION 
Fuente: Diario LA NACION

Marianela Colipe

El Pipi Campeón Copa Sudamericana 2002

Los equipos brasileños decidieron no participar debido a complicaciones para encontrar fechas disponibles, ya que el torneo nacional contaba con 26 equipos.San Lorenzo participó por haber sido el último campeón de la Copa Mercosur. El conjunto argentino igualó en su estadio de Buenos Aires 0-0 con Atlético Nacional, de Colombia, y se coronó campeón merced a la victoria de 4-0 obtenida en Medellín.

Ronda Preliminar

Llave 1 (Venezuela)
26/08/02 en San Cristóbal: Dep. Táchira 2 (Carlos Bravo y Alexis Acuña), Monagas 0
06/09/02 en Maturín: Monagas 3 (Juan García, Claudio Rivadero e/c y Luis Vera), Dep. Táchira.
Clasificado: Monagas
Llave 2 (Ecuador)
29/08/02 en Quito: Aucas 1 (Julio César Gómez), Barcelona 2 (Patricio Urrutia y Eulalio Arriaga)
12/09/02 en Guayaquil: Barcelona 1 (Nicolás Ascenscio), Aucas 0
Clasificado: Barcelona
Llave 3 (Paraguay)
03/09/02 en Asunción: Cerro Porteño 0, Libertad 2 (Virgilio Ferreira y Edgar Robles)
10/09/02 en Asunción: Libertad 1 (Sergio Fernández), Cerro Porteño 0
Clasificado: Libertad

Llave 4 (Bolivia)
03/09/02 en La Paz: Bolívar 4 (Joaquín Botero, Marcos Sandy, Oscar Sánchez y Gonzalo Galindo), Oriente Petrolero 2 (José Alfredo Castillo y Roger Suárez)
12/09/02 en Santa Cruz de la Sierra: Oriente Petrolero 1 (Róger Suárez), Bolívar 0
Clasificado: Bolívar
Llave 5 (Perú)
04/09/02 en Lima: Alianza Lima 1 (Nelson Olveira), Universitario 0
11/09/02 en Lima: Universitario 0, Alianza Lima 1 (Roberto Farfán)
Clasificado: Alianza Lima
Primera Ronda
Llave 1 (Chile)
03/09/02 en Antofagasta: Cobreloa 0, Santiago Wanderers 1 (Fernando Martel)
24/09/02 en Valparaíso: Santiago Wanderers 3 (Manuel Valencia, Silvio Fernández y Jaime Riveros), Cobreloa 2 (Mauricio Pozo y Mauricio Dinamarca)
Clasificado: Santiago Wanderers

Llave 2 (Argentina)
04/09/02 en Buenos Aires (estadio de Vélez Sarsfield): Racing Club 1 (Maximiliano Estévez (p), River Plate 0
25/09/02 en Buenos Aires: River Plate 0, Racing Club 0
Clasificado: Racing Club
Llave 3 (Uruguay)
05/09/02 en Montevideo: Danubio 1 (Claudio Biaggio), Nacional 1 (Pierre Webo)
17/09/02 en Montevideo: Nacional 2 (Richard Morales y Horacio Peralta), Danubio 0
Clasificado: Nacional

Llave 4 (Colombia)
10/09/02 en Medellín: At. Nacional 1 (Rafael Castillo), América de Cali 0
25/09/02 en Cali: América 1 (Julián Vásquez), At. Nacional 2 (Iván Velásquez 2)
Clasificado: Atlético Nacional
Llave 5 (Argentina)
11/09/02 en La Plata: Gimnasia y Esgrima 3 (Jorge San Esteban y Claudio Enría 2), Boca Juniors 1 (Rolando Schiavi)
18/09/02 en Salta: Boca Juniors 0, Gimnasia y Esgrima 0
Clasificado: Gimnasia y Esgrima La Plata
Llave 6 (Ecuador y Perú)
18/09/02 en Guayaquil: Barcelona 1 (Angel Escobar), Alianza Lima 0
26/09/02 en Lima: Alianza Lima 2 (Aldo Olcese y Luis Romero), Barcelona 1 (Hernán Biasotto)
Definición por penales: Para Alianza Lima: José Soto, Nelson Artigas Olveira, Luis Romero (atajado), Cristian García, Johan Fano, Marko Ciurlizza, Luis Hernández. Para Barcelona: Nicolás Asencio, Luis Gómez, Roberto Jimmy Blandón (desviado), Eulalio Arriaga, Iván Hurtado, Christian Chaparro, Arlin Segundo Ayoví (atajado). Alianza Lima 6, Barcelona 5
Clasificado: Alianza Lima


Llave 7 (Bolivia y Paraguay)
19/09/02 en La Paz: Bolívar 2 (Gonzalo Galindo y Pedro Guiberguis), Libertad 0
24/09/02 en Asunción: Libertad 1 (Paulo Da Silva), Bolívar 1 (Joaquín Botero)
Clasificado: Bolívar
Llave 8 (Argentina y Venezuela)
19/09/02 en Puerto Ordaz: Monagas 0, San Lorenzo 3 (Carlos Cordone, José Chatruc y Alberto Acosta)
26/09/02 en Buenos Aires: San Lorenzo 5 (Rodrigo Astudillo, Gonzalo Rodríguez, Carlos Cordone 2 (1p) y Félix Benito), Monagas 1 (Alexander Flores)
Clasificado: San Lorenzo
Cuartos de Final

Llave 1 (Perú y Uruguay)
01/10/02 en Lima: Alianza Lima 1 (José Soto (p)), Nacional 0
22/10/02 en Montevideo: Nacional 3 (Pierre Webo 2 y Richard Morales), Alianza Lima 1 (Jeferson Farfán)
Clasificado: Nacional

Llave 2 (Argentina)
02/10/02 en Buenos Aires: San Lorenzo 3 (Aldo Paredes y Alberto Acosta 2), Racing Club 1 (Sixto Peralta)
23/10/02 en Avellaneda: Racing Club 2 (Nicolás Pavlovich y Diego Milito)
Definición por penales: Para Racing Club: Gerardo Bedoya (atajado), Diego Milito (desviado), Sixto Peralta, Carlos Arano, Maximiliano Estévez. Para San Lorenzo: Alberto Federico Acosta, Claudio Morel, Nicolás Frutos (desviado), Leandro Romagnoli, Sebastián Saja. Racing Club 3, San Lorenzo 4
Clasificado: San Lorenzo
Llave 3 (Chile y Colombia)
08/10/02 en Medellín: At. Nacional 2 (Rafael Castillo y Martín Echeverría), Santiago Wanderers 1 (Samuel Vanegas e/c)
29/10/02 en Valparaíso: Santiago Wanderers 1 (Rodrigo Barra), At. Nacional 0
Definición por penales: Para Santiago Wanderers: Silvio Fernández, Joel Soto, Rodrigo Barra, Manuel Valencia, Fernando Martel, Moisés Villarroel (atajado), Emiliano Romay (atajado). Para Atlético Nacional: Robinson Rentería, Juan Carlos Ramírez, Samuel Vanegas, Édigson Velásquez, Oscar Restrepo, Martín Echeverría (atajado), Elkin Calle. Santiago Wanderers 5, At. Nacional 6
Clasificado: Atlético Nacional
Llave 4 (Argentina y Bolivia)
09/10/02 en La Paz: Bolívar 4 (Rubén Tufiño 2, Gonzalo Galindo e Iván Castillo), Gimnasia y Esgrima La Plata 1 (Martín Pautasso)
30/10/02 en La Plata: Gimnasia y Esgrima 2 (Víctor Müller 2), Bolívar 0
Clasificado: Bolívar

Semifinales

Llave 1 (Argentina y Bolivia)
05/11/02 en La Paz: Bolívar 2 (Oscar Sánchez y Miguel Mercado), San Lorenzo 1 (Marco Sandy e/c)
13/11/02 en Buenos Aires: San Lorenzo 4 (José Chatruc, Pablo Michelini y Rodrigo Astudillo 2), Bolívar 2 (Joaquín Botero y Gonzalo Galindo)
Clasificado: San Lorenzo
Llave 2 (Colombia y Uruguay)
06/11/02 en Medellín: At. Nacional 2 (Martín Echeverría 2), Nacional 1 (Richard Morales)
12/11/02 en Montevideo: Nacional 2 (Pierre Webo y Gustavo Méndez), At. Nacional 1 (Neider Morantes (p))
Definición por penales: Para Nacional: Morales Oscar Richard (atajado), Camejo Carlos Enrique, Peralta Walter Horacio, Morales Oscar Javier. Para Atlético Nacional: Morantes Neider, Ramírez Juan Carlos, Mosquera Aquivaldo, Velásquez Édigson, Grisales Fredy. Nacional 3, At. Nacional 5
Clasificado: At. Nacional

Finales (Argentina y Colombia)

27/11/02 en Medellín: At. Nacional 0, San Lorenzo 4 (Sebastián Saja (p), Pablo Michelini, Leandro Romagnoli y Rodrigo Astudillo)
11/12/02 en Buenos Aires: San Lorenzo 0, At. Nacional 0

Campeón: SAN LORENZO DE ALMAGRO (Buenos Aires - Argentina)
















Marianela Colipe

"Siento la adrenalina"

Pipi Romagnoli percibe la misma sensación que en la previa frente al Flamengo, en la final de la Mercosur. Hoy se juega ese pase ante el Bolívar.




E l mechón que le cuelga en la nuca no tiene sentido ni razón propia. "No es por nada en especial. Cuando me pelé, me dejé una colita más larga, ahora se me hace un rulo porque le falta crecer un poco", dice Leandro Romagnoli. El look onda hare krishna es un distintivo del Pipi en su regreso para el Apertura, luego de seis meses sin jugar por la rotura de ligamentos en la rodilla derecha. "Está bueno, ¿no?", comenta el diez. Sin embargo, dentro del plantel hay una conspiración para volarle el pelito. "Me la quieren cortar, el Beto y Miche andan planeando algo. Y Saja me dice que cuando esté durmiendo en la concentración va a entrar con una tijera. Si lo hace, lo mato". La sensación es que al conductor de San Lorenzo sólo lo asusta la posibilidad de quedarse sin rulo. No hay nervios ni presión en la antesala de la segunda semifinal frente a Bolívar. El sol que pega en el Nuevo Gasómetro invita a un descanso en el pastito, a imaginar una invasión de Cuervos esta noche. Y a sentir el cosquilleo en la panza. "Siento la adrenalina de jugar una final de Copa. Y estamos a un paso otra vez".

—¿Es una sensación semejante a la previa frente a Flamengo?

—Sí, sí, siento lo mismo que antes de la final de la Mercosur. Lo hablo mucho con mis compañeros, con los que jugaron esa vez, y a ellos les pasa igual. Si bien todavía estamos en la semifinal, ya se palpitan las sensaciones de estar en la definición de la Sudamericana, de poder ganarla. Hicimos un buen partido en La Paz, sacamos uno de los mejores resultados más allá de que me quedé con bronca porque se escapó en los minutos finales. Ahora nos queremos meter en la final.

—¿Hay ansiedad en el grupo?

—Ganas, más que ansiedad. Sabemos que ellos se agrandan allá pero cuando bajan les cuesta. Lo principal es no desesperarse, porque si no la metemos de entrada y no estamos bien con la pelota hay que estar con calma. A la larga le vamos a encontrar la vuelta.

—Es un equipo con varios pibes nuevos. ¿Cómo los notás?

—Están tranqui. Por ejemplo, Astudillo y Chatruc hace medio año que están pero tienen experiencia, tienen conocimiento. Si me hablás de Luna y Gonzalo (Rodríguez) son más chicos y recién empiezan, por eso Pablo (Michelini) y el Beto les hablan un montón, les dicen que hay que aprovechar la situación que se da, porque el tren pasa una sola vez y hay que tomarlo.

Las burbujas del 4-0 contra Huracán no se revientan en Boedo. La sonrisa de Romagnoli no esconde la satisfacción por la goleada. "Con José (Chatruc) hablábamos que era la semana más dura: debíamos un triunfo con Huracán y se ganó una final. Y ahora nos queda la otra, la de la Copa ante Bolívar", cuenta. Al Pipi no le cabe otra idea en la mente que la de jugar su segunda final internacional en menos de un año. Las secuelas de los 3.640 metros de La Paz son motivo de anécdota. "Era mi primera vez, por los comentarios sabía que me podía faltar el aire. Y es cierto. Un pique de 20 metros te cuesta cinco o seis minutos de recuperación. Cuando bajé del avión me dolía la cabeza, a la tarde me empezó a doler la panza, apenas llegamos teníamos dos horas para merendar y me tiré en la cama, no podía cerrar los ojos. Paredes se sintió mal todo el viaje, a Benito le dolía todo...", recuerda. Igual, sabe que el precio de la altura ya lo pagó, pero que en casa la viene rompiendo.

—¿Sentís un cambio?

—Hacía seis meses que no jugaba, que estaba parado y de entrada me costó muchísimo, mal en lo futbolístico, falto de distancia y me daba cuenta de eso. Ahora, me veo mejor en todo sentido, pero no me conformo con esto. Quiero más.

—¿Costó más de lo pensado?

—No, los tiempos lógicos. No es que tenía miedo, sí un poco de temor por la lesión tan brava que tuve. Por ejemplo, en los primeros partidos no vas al choque, no ponés tanto la pierna o no te animás a pasar a un jugador. Después te vas soltando, te olvidás, te metés en la cabeza que no te va a volver a pasar. Y ahora me puedo sacar un tipo de encima. Y en esto también tiene que ver el funcionamiento que consiguió el equipo.

—Si en julio te decían que iban a estar a un paso de jugar la final de la Copa, ¿qué respondías?

—... Uuuy, era complicado. Pero yo dije que nos faltaba tiempo, cuando se criticaba a Insua y al equipo. Se habían ido jugadores importantes y habían llegado otros. Ahora estamos en la semifinal de la Copa y para nosotros es clave seguir. Aparte, si te ponés a pensar, en el campeonato estamos cuartos y tampoco es una mala campaña.

El diez reposa en la soledad del estadio. Sueña jugadas, gambetas y caños que lleven a San Lorenzo a escribir su nombre sin fronteras: la segunda final de Copa, la segunda con el Pipi como imagen del talento, de la fantasía que sigue intacta. "Tenemos merecido estar en este lugar", aclara. Romagnoli va por el Bolívar, pincel en pie. Dibuje.



Miércoles 13 de noviembre de 2002
Fuente: Diario Ole.

Marianela Colipe

"Quiero ganarle a Huracán"

Jueves 7 de noviembre de 2002



Miguel Bossio
Salta a la vista: ya se le hizo costumbre eso de caerse y volverse a levantar. Una y otra vez, desde que era chiquitito, le vienen pegando abajo, lo viven tumbando y él —sin decir ni mu— se levanta de nuevo y va al frente. Pero el último 28 de enero, ante Racing en Neuquén, tuvo un encontronazo con Luciano Castillo y sus ligamentos de la rodilla derecha dijeron peligrosamente basta e hicieron crack. "Parecía que de ésta no me iba a levantar... No sabés lo duro que se me hicieron esos seis meses parado. Pero acá estoy: si bien todavía me falta un poquito, ya casi soy el Romagnoli de antes".

Es una mañana boliviana de miércoles y Leandro Atilio Romagnoli, el Pipi de las gambetas recuperadas, tiene tres problemas y tres sonrisas. A saber: le duele el muslo por una paralítica que le aplicó Tufiño, la altura coleccionada en La Paz sigue amenazando con volarle la cabeza y, encima, está casi sin dormir. Paradójicamente, se sube al avión del Lloyd Aéreo Boliviano con tres motivos distintos para ser feliz: está volviendo al fútbol de alto vuelo, la derrota ante Bolívar por apenas un gol le sienta más que bien y, además, se tiene una fe bárbara para ganar el clásico del sábado ante Huracán. Cada palmo de felicidad tiene traducción en palabras.

«9Sonrisa I. 

·  "Con respecto a mi nivel de juego, estoy mucho mejor que cuando arranqué el torneo Apertura. Ahí hacía medio año que no hacía nada y yo mismo notaba que me faltaba de todo un poco. Pero hace dos o tres partidos siento que recuperé algo que para mí es fundamental: confianza para arrancar con la pelota y sacarme un marcador de encima. Ese tiempo en que estuve parado se me hizo muy jodido: dos meses de reposo, cuatro de recuperación... ¿Qué hacía en esos días? Me apegué a mis afectos: estaba más tiempo con mi novia, veía más a mis amigos, y volví a exprimir al máximo el cariño de mi mamá y de mi hermana". 

«9Sonrisa II. 

·  "Pese a perder contra el Bolívar por 2 a 1, dimos un paso importante para llegar a la final de la Copa Sudamericana. A la mayoría de los equipos argentinos les va mal cuando vienen acá, y a nosotros tan mal no nos fue. Ya sé: no es lindo que te hagan un gol sobre el final y que te ganen, pero pensando en los dos o tres goles en contra que siempre se llevan los demás, San Lorenzo salió bien parado. El martes fue mi primera vez en la altura. Y, la verdad, tenía un poco de miedo. Pero con los minutos, cuando vimos que teníamos bastante controlado el partido, me fui soltando más".
·  "Tenemos equipo para llegar a la final y ganar la Copa. Luego de que llegó Insua y después de un par de partidos en los que no jugamos bien, este equipo se fue conociendo y evolucionó hasta llegar a ser lo que es hoy: un equipo para respetar.

«9Sonrisa III.

·  "Ahora, el sábado, quiero ganarle a Huracán. Hace mucho que no les ganamos y la gente de San Lorenzo está necesitando un triunfo de estos. Si bien nosotros venimos cansados de jugar la Copa y tenemos un par de jugadores que aún no se recuperaron del partido ante el Bolívar, creo que esta vez se puede dar ese triunfo que andamos buscando".
·  "Yo vivo en Villa Soldati y ya se palpa el clima del clásico. ¿Si habrá incidentes por el robo de las banderas? Yo creo que no, va a haber mucha vigilancia y las hinchadas no son tontas. Me parece que va a ser una fiesta. Ojalá que así sea: tengo muchísimas ganas de que llegue ya el clásico".
·  "Cada vez que se juega un Huracán-San Lorenzo, mi casa se pone muy divertida. Porque mi viejo jugó en Huracán y es hincha del Globo, y mi mamá y yo somos de San Lorenzo. Pero nunca pasa de una cargada. Lo mismo pasa en el barrio, donde la mayoría de los vecinos sonquemeros: cuando nos ganan, me viven gastando. Por eso este sábado quiero ganar".

Termina la entrevista a la boliviana con Clarín. Romagnoli dice que, así como retornó a su nivel, "ahora lo único que quiero es volver a casa. Y al barrio". 


Fuente: Diario Clarin

Marianela Colipe

"Estamos creciendo partido a partido"

Domingo 20 de octubre de 2002




En este San Lorenzo que ya está tercero, que lleva 13 partidos sin derrotas entre el Apertura y la Copa Sudamericana (no pierde desde la 3 fecha ante Unión, en Santa Fe), que de a poco cumple con las pretensiones iniciales del técnico Rubén Insua, hay un jugador que se reencontró con su costado mágico. Se llama Leandro Atilio Romagnoli, le dicen Pipi, usa la camiseta número 10 y fue la figura del encuentro ante Colón (2-0 en el Nuevo Gasómetro). El, líder creativo inevitable por su modo de jugar, recuperó su nivel. Y con él este San Lorenzo alimenta una posibilidad que ya dejó de ser osadía: pelear el título. Dice Romagnoli: "Estamos creciendo partido a partido. No es casualidad que llevemos esta cantidad de partidos sin perder. Nos fuimos conociendo y ahora alcanzamos un buen nivel".

—¿Están a tiempo de pelear el campeonato?

—Nos quedan seis partidos por delante. Y en dos de esos partidos jugamos contra Independiente y River, los únicos que están delante nuestro. Y si seguimos creciendo día a día como hasta ahora podemos sorprender. Pero tenemos que pensar en cada partido. Por eso, ahora que pasamos a Colón, tenemos que poner todos la cabeza en la revancha contra Racing, por la Sudamericana.

En la noche del viernes regresaron sus gambetas, sus pases precisos, su repentización. El Nuevo Gasómetro volvió a ver a Romagnoli en su versión deseada. "Cuando un equipo viene bien es mucho más fácil jugar bien. Porque todos tienen más confianza, más ganas...". En esa frase se explica buena parte del presente de San Lorenzo: el mismo equipo que hace un par de meses era el disparador de los fastidios ahora alimenta sueños de campeón. Así, de a poco, sin estridencias, San Lorenzo va. "Le ganamos a Colón, un rival capaz de complicar a cualquiera, como lo demostró la semana pasada contra Boca (le ganó 1-0 en Santa Fe). Y ahora es tiempo de seguir construyendo ladrillo por ladrillo esta campaña", señala Romagnoli, el 10, el Pipi, el que volvió a repartir gambetas y alegrías, el que cree en su San Lorenzo. 


Fuente: Diario Clarin


Marianela Colipe

Una pelota para los chicos

Carlitos, el 10 de Boca, gritó dos goles y fue la figura de la cancha. El Pipi, el 10 de San Lorenzo, celebró uno y guió a su equipo. Entre los dos se las ingenieron para divertir y divertirse. Una delicia.

Lunes 26 de agosto de 2002

Miguel Angel Bertolotto. DE LA REDACCION DE CLARIN.



La acarician, siempre la acarician. La tratan con la mejor de las distinciones. La llevan bien pegadita al pie. La piden una y otra vez, porquesaben que sin ella no son ellos. Por allá va Carlitos Tevez (18), potrero con la más pura de las esencias, amague para la derecha, quiebre para la izquierda, y sigue, y sigue, y sigue... Por acá está el Pipi Romagnoli (21), cabeza levantada, panorama amplio, habilidad innata para limpiar las rutas de rivales. Ellos y la magia. Ellos y el juego. Ellos y la pelota. Eso: ellos y la pelota. Si es lo que siempre quisieron desde la primera vez que, alguna vez en la infancia, una redonda llegó a sus pies. Una pelota para los chicos.Una pelota para Carlitos y para el Pipi. Y una alegría para todos los demás: para los que se divierten, más allá de las camisetas, con una gambeta, con un caño, con un sombrero... 

Los emparenta el número, el 10 emblemático, el 10 famoso, el 10 reluciente, pero juegan diferente. Romagnoli sí es el 10 clásico. El enganche, el eje de San Lorenzo, el que arma, el que juega y hace jugar a todos. Tevez, al margen de llevar la remera de su amigo Riquelme, es más delantero. Puede tirarse atrás, es cierto. Puede prenderse en la circulación, también es real. Pero donde mata es en los últimos metros, en el área adversaria, cuando acelera y pasa a toda velocidad, cuando elude trancazos, cuando apunta y dispara, cuando —después de todo eso, como si todo eso fuese poco— sólo le queda festejar la obra.

Arrancó el Pipi, en este domingo infernal de la Bombonera. Y le metió la pelota al Beto Acosta, en la maniobra que al cabo terminó con el gol de Chatruc, el 1-0 sorpresivo, relampagueante. Y esa estocada fue el preámbulo de una gran actuación, la mejor —sin dudas— desde que volvió de su lesión. Se estacionó a espaldas de Battaglia y desde ahí se las ingenió para dirigir la batuta, para hacerse un picnic con las dudas de los centrales locales, para perforar una defensa demasiado insegura. Y la perforó, nomás, a los 23: Morel la tocó con el pecho, Romagnoli la tomó en su campo, jugó con Chatruc y fue a buscar la devolución. Cuando la pelota volvió a descansar en su botín derecho, hizo pasar de largo a Burdisso y sacó —desde la misma línea del área grande— un bombazo maestro que se clavó arriba, cerca del poste izquierdo de Abbondanzieri.De galera y bastón, el Pipi.

Arrancó Romagnoli, decíamos, y San Lorenzo se escapó dos goles por encima de Boca. Mandaba la incredulidad. Pero siguió Carlitos Tevez, con una impresionante ráfaga de furia, entre los 25 y los 36 de esa maravillosa primera parte. Había participado poco Carlitos hasta ese momento. Pero loselegidos son así: aparecen y facturan, surgen y cambian la historia, brillan y el resto se inclina ante lo inevitable. Primero: Abbondanzieri devolvió con los puños y el rechazo le cayó a Sosa; cabezazo para Delgado y pelotazo bárbaro para Carlitos. Y ahí sí todos los ojos se centraron en ese imprevisible morocho retacón: desairó a Leandro Alvarez con una finta hacia adentro y la calzó con la parte interna del pie derecho para meterla por el primer palo de Saja. Segundo, once minutos más tarde: Cascini se la robó a Romagnoli y lo habilitó con precisión. Tevez —esta vez por derecha— picó justo, cuerpeó a Morel, se acomodó de nuevo para su mejor perfil y la colocó con sapiencia ante el achique estéril de Saja. Boca ya estaba de pie, como al principio. El Olé, olé, olé, olé, Tevez, Tevez atronó en la Bombonera. Diego Maradona (al final, Carlitos le regaló su camiseta) aplaudía a rabiar desde su palco.

El complemento fue otra cosa. Tevez se fue a los 25 (ovacionado, claro) con un calambre en el isquiotibial izquierdo. El Pipi no tuvo los socios indispensables para quebrar el 2-2. No importó. Ellos dos hicieron lo que hacen como pocos: dignificar al fútbol. Adorar a la pelota. 


Fuente: Diario Clarin


Marianela Colipe

"Quiero llegar a la Selección"

Leandro Romagnoli habla por primera vez desde que regresó de la lesión. Dice que ya está listo para ser el Pipi de antes y tener un lugar con la celeste y blanca




"Tuve bronca, mucha bronca. Impotencia, me preguntaba ¿por qué a mí? ¿Para qué fui a esa pelota? Podría haber sacado la pierna porque era nada más que un partido amistoso. Encima, yo venía arrastrando un problema en la rodilla y no tenía ganas de ir, me quería quedar acá para descansar... Pero el destino es así, el fútbol también... Lo tomé así". Leandro Romagnoli habla de mufa pasada, de aquella noche del 28 de enero. San Lorenzo juega con Racing en Neuquén, en unos de los torneos de verano. Pipi ingresa en la parte final y cuando va en busca de su primera bocha, se rompe los ligamentos cruzados. La angustia sumada al dolor, hace que el 10 se refugie en un silencio absoluto. No habla, no dice, no cuenta, no tiene ganas, no juega. No. Su energía se pone al servicio de la recuperación, sólo en eso. Pero ahora que su magia ronda en la cancha otra vez, el pibe acepta el mano a mano con Olé antes del partido de hoy contra Unión, en Santa Fe. "Hay que ganar para poder pelear", dice.

—¿Cómo te sentiste en estos dos partidos que jugaste?

—Bien, a medida que voy jugando, que entreno, me noto mejor. Lo importante es que en estos dos partidos la rodilla no me dolió para nada. Sabía que era duro luego de tanto tiempo afuera.

—¿Qué notás que te falta?

—Más partidos, más estado físico. En el segundo tiempo, a los 20 minutos, me canso. Sé que eso lo recupero con minutos de juego. Quiero llegar pronto al nivel que tuve el año pasado, el del título. Igual, por lo que hablé con el kinesiólogo (Jorge Macagno) y el médico (Miguel Crespo) recién para el Clausura voy a estar a full.

Durante todo este largo espacio sin la pelota, Pipi se la pasó en el gimnasio. "Hice mucho fierro para recuperar la rodilla y también para fortalecer los músculos. Me siento más grande y eso es importante. Ojo, tampoco quiero abusar, porque tal vez después no te podés mover", cuenta. En la pausa obligada, Romagnoli encontró las mismas caras de siempre. Papá Atilio y mamá Rita, su novia, los amigos y también gente del fútbol le dio la palabra de aliento que se necesita para no caer. "Todos los que están acá en San Lorenzo, el cuerpo médico, Pellegrini, el Chepo (Darío Sepúlveda, preparador físico del Ingeniero en Boedo) Javier (Saviola), Coloccini, Andrés (D''Alessandro), muchos..." Pero la pálida de mitad de año no fue sólo la lesión. El enlace siempre estuvo a un paso de la transferencia, algo que al final no se concretó nunca.

—¿Te molestó cómo se manejó tu pase al fútbol europeo?

—Es feo que se hable y no se haga nada. Incomoda, porque ya me había tocado viajar con Bernie Romeo a Barcelona por el tema del Leverkusen (en septiembre de 2001). Y este año, apenas me operé fui a Suiza (iba a arreglar con el Servette), también otra semana. Firmé contrato, vine acá y se cayó todo. Pero ya fue, jode, aunque igual sé que un día me va a tocar. Tengo 21 años, no me desespera. Hay otras posibilidades y quiero aprovecharlas.

—¿La Selección puede ese desafío que vos mencionás?

—Puede ser, pero las chances son difíciles porque hay muchos jugadores con experiencia y se hace complicado ser convocado.

—Pero dicen que el proyecto apunta a darle prioridad a los futbolistas del medio local.

—Sí, pero están D''Alessandro, Manso, Tévez... Es duro. Igual, eso se va a dar por cómo juegue en San Lorenzo. El técnico se fijará en los rendimientos que los enganches tengan en sus equipos. Nunca pierdo la ilusión, busco superarme porque, como todos, quiero llegar a la Selección.

Santa Fe será testigo se su tercera presentación oficial en este 2002. "Acá no hay compasión, me fijé mucho contra Central y veía eso. Te van tan fuerte como antes", comenta. Leandro palpita cada segundo, tiene ganas, habla, rompe el silencio, juega, dice, cuenta, ríe. En dos fechas, se cruzará con un amigo en la Bombonera: se viene el clásico Boca-San Lorenzo. "Estévez se extraña, es un tipazo, un jodón, la diversión del grupo. Le voy a pedir la camiseta, vamos a ver si me la da".



Viernes  9 de agosto de 2002
Fuente: Ole.


Marianela Colipe


Un talento intacto

Leandro Romagnoli volvió a jugar después de seis meses y mostró chispazos de su magia. Aquella rotura de ligamentos en una rodilla ya forma parte del pasado. 






ROSARIO (CORRESPONSAL). La gambeta corta no acusó diferencias. Su toque sutil, largo o corto, mantuvo la simpleza de antes. Leandro Romagnoli volvió a jugar oficialmente después de la rotura de ligamentos en la rodilla derecha. Aquella noche del 28 de enero frente a Racing, en Neuquén, el Pipi había entrado en el segundo tiempo con mala suerte: la dura lesión lo marginó del plantel. Pero ayer, la revancha llegó y el pibe demostró que su talento está intacto. Unas pisaditas, tiros al arco, manejo, conducción de equipo. El diez está otra vez.

Cada vez que Romagnoli entró en acción, San Lorenzo funcionó con claridad para llegar al arco de Castellano. De entrada nomás, se sacó dos tipos de encima y tiró con la derecha, pero la pelota rebotó en la espalda de Talamonti. Ya daba indicios de su rápida evolución en este largo tiempo de inactividad. Los trabajos de pretemporada que el Pipi hizo en Mar del Plata fueron la recta final para un regreso esperado por los hinchas, compañeros y, sobre todo, por el cuerpo técnico. "Es tan necesario para nosotros como lo es D''Alessandro para River", apuntaba Ruben Insua antes del partido. Si bien todavía le falta rodaje de partidos para ver su juego lujoso y explosivo, el Ciclón sabe que cuenta con una pieza clave en el armado. Que está presente el generador del fútbol.

Hubo un flash, un momento merecedor de aplausos para el Pipi. A los 36 del primer tiempo, ingresó al área a pura gambeta: uno, dos, tres en el camino, el perfil no lo ayudó para buscar la red, entonces tiró un centro atrás para que el Beto Acosta haga su gracia, pero la bocha quedó corta. De todas formas, la inspiración de Romagnoli fue de lo mejor en Arroyito. En la segunda mitad, Leandro sintió un poco el cansancio, el ritmo del partido. Y las luces se apagaron un poco. El desgaste era casi lógico teniendo en cuenta que el diez sólo hizo dos amistosos y hace apenas dos semanas: frente a Los Andes (3-0) donde marcó un gol de penal, y en la fiesta de presentación del equipo, cuando jugó ante Deportivo Español. Fue poca la puesta en escena para pedir demasiado. Por eso, a 12 minutos del final, el técnico optó por poner al juvenil Walter Montillo (su reemplazante natural). Un chico que el Gallego considera un gran proyecto.

La vuelta de Romagnoli es un impulso para lo que viene. Irá despacio, tranqui, como lo hizo en su recuperación. Pero hay garantías de que San Lorenzo recuperó su manija. El resto de los nuevos dividió entre buenas y malas. La aparición del juvenil Gonzalo Rodríguez parece una variante interesante en la defensa, Mariano Herrón fue el mejor de los estrenos, la tarea del Lobo Cordone no desentonó y José Chatruc no estuvo a la altura del debut. Ahora, la cuestión pasa por darle forma al equipo y esperar la llegada de un marcador central (hay una semana para definir la última incorporación). Al menos, el Pipi puede ser la puerta para encontrar la senda del gol .



Sábado 27 de julio de 2002
Fuente: Ole.

Marianela Colipe


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