ENVIADO ESPECIAL. Fue la figura de los dos partidos que San Lorenzo jugó en el verano 2000. Y eso que físicamente le cuesta mucho soportar la seguidilla de encuentros. Leandro Romagnoli parece haberse sacado de encima esa cuestión, ese problema que el año pasado lo mostró como un jugador intermitente cuando el Ciclón peleaba el Apertura y la Mercosur. Ayer empezó compartiendo el armado del juego de su equipo. Freddy Grisales era el encargado de ayudarlo. Pero no pudo. El Pipi se puso el equipo al hombro, fue el eje de San Lorenzo. Y fue la figura, por segunda vez consecutiva.
No sólo fue importante: Romagnoli fue necesario. Porque cuando la pelota no pasó por él, San Lorenzo careció de ideas para llegar hasta Córdoba. El desequilibrio fue casi siempre suyo. Ese ingenio del Pipi fue el que permitió abrir el partido. De sus pies nació la jugada del 1 a 0 para San Lorenzo.
Me siento bien. Al planear la pretemporada, Oscar Ruggeri pensó especialmente en Romagnoli. El técnico quiere que fortalezca su físico y por eso, además del entrenamiento normal, está haciendo con él un trabajo con pesas. ¿Si sirve? Por lo visto, sí... Ahora parece más duro para bancarse los choques de los rivales, las patadas, los empujones. Y hasta está satisfecho con el trabajo que está haciendo en Mar del Plata. "La pretemporada es muy dura, pero vale la pena porque tenemos que ganar algún título este año. Ahora me siento más fuerte y más rápido. Ojalá esto lo pueda demostrar en el campeonato", explicó después del partido.
Otro gol-sorpresa. Había estado cerca de convertir en el primer tiempo, pero su remate lo desvió Córdoba. Igual, pudo desquitarse: sobre el final, metió un golazo de tiro libre. Fue el que le permitió a San Lorenzo ganar su segundo partido del año. Y fue otra sorpresa. Porque el Pipi no suele anotarse en la tabla de goleadores. Es el quinto gol que hace en su carrera, y el segundo en tres días: le había marcado uno a River. "Oscar me designó para que pateara el tiro libre y por suerte le pegué bien. Siempre quiero entrar y que me salgan bien las cosas, pero tengo los pies sobre la tierra, porque las gambetas y los goles tienen que servir en el Clausura".
Romagnoli dijo que quería dejar de ser una promesa para convertirse en el conductor del equipo. Lleva dos partidos en este año, y está demostrando mucho. Va por buen camino.
Domingo 6 de febrero de 2000
Fuente: Ole.
Marianela Colipe
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