Romagnoli quiere eliminar los cantitos que recibe San Lorenzo porque nunca ganó una Copa. Y a pesar del dolor en la rodilla derecha, estará mañana con Corinthians.
Hay una mochila que molesta. Pesa. "Queremos evitar que nos sigan cargando, porque acá vienen equipos y te cantan que no ganás ni una Conmebol". Leandro Romagnoli pone en evidencia una sensación que se impone en Boedo. Su mirada apunta a los hinchas que van y vienen en busca de su entrada para la semifinal de mañana frente a Corinthians. "Vamos Pipi, vamos que lo damos vuelta, loco", gritan. Es el mensaje-ruego que se repite en las inmediaciones del Nuevo Gasómetro. Y él capta el enlace. "Ojalá que pasemos. San Lorenzo no tiene ningún título internacional y podemos quedar en la historia por eso".
-¿Ya se siente la presión?
-Un poco sí. Es difícil porque uno sabe que la cancha va a estar muy llena. Si a los 25 minutos seguís 0 a 0 la gente se va a fastidiar, va a comenzar el murmullo general. Eso se escucha bien, aunque no hay que ponerse nervioso.
-¿Te acostumbraste a eso?
-A veces juego tranquilo y a veces, no. Capaz que agarré la pelota, la toqué bien y pienso que tengo una buena noche. Sino, tal vez me pongo nervioso y pienso que no es mi día. Según como uno se levanta, como sale a la cancha, pasa por muchas cosas. Quizás imaginaste el partido tres días antes y después no te levantaste bien, no tenés ganas y jugás mal.
-En tu caso te puede perjudicar la lesión: ¿Cómo llegás?
-No estoy en un ciento por ciento. La rodilla (derecha) todavía me duele un poquito, trabajé diferenciado en estos últimos días, me traté con el kinesiólogo y espero llegar en condiciones.
-¿Estás para todo el partido?
-Todavía no hablé con Manuel, aunque pienso que puedo aguantar los 90 minutos. Estoy bien en lo físico, que es importante. Lo único que me puede impedir seguir es el dolor que tengo.
-Vas a arriesgar, entonces.
-Seguro. Es arriesgar porque lo que tengo es un esguince. Se hablaba de que había algo roto, aunque por suerte se comprobó que no era nada. Se puede empeorar, pero estamos a un pasito de la final. Justo ahora no me puedo bajar del barco. Quiero jugar como sea. En caso de que aún sienta un poco de dolor, un pinchacito en la rodilla me vendría bien...
-¿Y no pensaste que te podés perder justo la final?
-No, primero está el Corinthians y no la final. Si pienso en en eso, me come la ansiedad. En serio.
La tensión de la previa se instaló hace rato. No bien finalizó el partido en San Pablo, los jugadores y el cuerpo técnico contaban los días para la revancha. La derrota 2 a 1 había dejado un sabor amargo, y las ganas de levantar el resultado aumentaban la ansiedad. Como ahora. "Allá hicimos un gran primer tiempo, pero después nos caímos", dice el Pipi. Justamente cuando a los 15 minutos fue reemplazado en el Pacaembú (ingresó Lucas Pusineri) el equipo bajó el rendimiento y los brasileños metieron los goles. "La salida de Romagnoli fue determinante", comentó el Ingeniero en su momento. Pero ahora que el diez estará presente, el camino a la primera final de su historia en un torneo internacional no parece tan lejos.
-¿Qué imagen te dejó el Corinthians en Brasil?
-Es un equipo que no marca bien, hay que aprovechar eso. Pero estoy seguro de que acá van a meter dos líneas de cuatro para aguantar el resultado. Son grandotes físicamente y habrá que entrar tocando. Si nos empecinamos en tirar centros al área, se nos va a complicar.
-Si San Lorenzo fuera con un gol de diferencia a definir el pase allá: ¿Estarías tranquilo?
-Seguro que no. Un gol no te puede dar seguridad. Si bien no tenemos que confiarnos, ellos bajan mucho el rendimiento de visitante.
-No ves a un gran equipo...
-Es que los brasileños no están tan bien, antes había mejores equipos. El Palmeiras del 99, por ejemplo, tenía jugadores impresionantes. Ese nivel quizá se refleja con lo que pasa con su selección. Pero igual saben mucho de fútbol.
-¿La sensación es la misma que la del partido frente a Unión, antes de salir campeones?
-Estamos haciendo lo mismo que en aquel momento, lo que pasa es que esto es diferente. Torneos ganados por el club hay ocho y Copas, ninguna. Eso nos motiva más.
-¿Se taparán las cargadas por los fracasos internacionales?
-En principio, las tomo con un poco de humor, pero por dentro no las querés escuchar más. Hay algunos que cantan, vienen al Nuevo Gasómetro y te jode cualquier equipo... El otro día, Argentinos nos cargó. ¿Argentinos, no? Jugó la Intercontinental hace mil, pero ya está. No nos van a cargar más...
Martes 27 de noviembre de 2001
Fuente: Ole.
Marianela Colipe
