Domingo 13 de junio de 1999
ROSARIO (CORRESPONSALES). Sus 61 kilos y su metro setenta y uno de altura tuvieron que cargar con el peso de conducir a San Lorenzo. Nada menos. Ausente Gorosito (Miele repitió ayer que quiere una compensación de la Católica si Pipo se va a Chile), Leandro Romagnoli dijo presente. La idea era que Borrelli se juntara con él, pero las intermitencias de Juanjo, a quien Ruggeri le dio la responsabilidad de ser el enganche después de haber jugado sólo 30 minutos en todo el torneo, agrandaron a la figura del Pipi. Con 18 años, fue el mejor de la cancha por escándalo.
"Sí, me salieron todas. Lástima que no ganamos", contó el ¿enganche?, ¿media punta?, ¿delantero? Para Ruggeri es esto último, aunque en Reserva siempre flotó delante de los volantes. Anoche, lo hizo por todo el frente de ataque. Imparable, abierto sobre la izquierda volvió locos a los defensores de Newells. Y hasta se dio el lujo de meter su primer gol en Primera, después de una enorme jugada individual, en la que a puro amague desparramó a Diego Crosa y definió de zurda (su pierna menos hábil) ante Cejas. "Cuando ví que entraba, no lo podía creer. Porque encima fue de zurda", explicó.
Mientras tuvo aire, desequilibró. "Después me quedé", se sinceró. Ahí, Ruggeri lo mandó de enganche. Y no conforme con su gol, hizo echar a Fagiani. Todo San Lorenzo esperaba que Romagnoli explotara. El Pipi lo hizo ayer. Y cómo.
Fuente: Ole.
Marianela Colipe
(marianelacolipe@gmail.com)