Cuando estaba fuera de los planes, Romagnoli la rompió y fue clave para triunfar en Córdoba
Como si de repente le hubiera vuelto la memoria de sus mejores momentos, como si de golpe fuera el mismo que se ganó todos los aplausos y todos los elogios en el título del Clausura 2001, Leandro Romagnoli apareció en el estadio del Barrio Alberdi en todo su esplendor y fue una de las piezas claves para la victoria de San Lorenzo contra Belgrano.
“Esperaba un partido así. Hice una buena pretemporada. Quería ser titular. Necesitábamos sumar de a tres y lo logramos. Esto nos sirve a nosotros y también a la gente que siempre está”, dijo, entre alegrías que no se esforzó en ocultar, el dueño de la camiseta número 10 al término del duelo contra el Pirata.
El Pipi no solamente tuvo un buen rendimiento a lo largo del pleito sino que hizo una maniobra de muchísima jerarquía en la jugada que derivó en el penal que Néstor Ortigoza convirtió: con habilidad notable, se sacó tres hombres de encima y asistió a un compañero. Justamente su sociedad con el mediocampista de la selección de Paraguay asoma como una de las mejores cartas que tiene el Ciclón a la hora de generar juego.
¿Podrá Romagnoli sostener el nivel que se le vio en Córdoba? Si bien es una pregunta sin respuesta, lo cierto es que todos los hinchas imploran porque el ídolo haya retornado para no volver a irse.
12/03/2012
Marianela Colipe