ENTREVISTA - 26/06/12
POR MATÍAS BUSTOS MILLA
Antes de la Promoción, el Pipi advierte: “Sería un error pensar que ya estamos salvados”.
Ahí está de nuevo Leandro Romagnoli. Parado, firme pese al dolor que llega desde su rodilla derecha, frente al predio de la AFA en Ezeiza. Lo está diez años después de haber sido convocado por primera vez a la Selección Mayor por Marcelo Bielsa en la previa a una gira por Estados Unidos. Pasó mucho desde entonces. Una década se esfumó desde que aquel pibe gambeteaba como nadie por Boedo y le daba a San Lorenzo la Copa Sudamericana.
Hoy la historia es otra. Está ahí porque su equipo se prepara para jugar ante Instituto la Promoción para quedarse en Primera. Y el Pipisigue firme. Plantado. Al mando de este San Lorenzo que resiste. Y se presta al diálogo conClarín .
¿Están más tranquilos? Un poco. Fue raro disfrutar ganar un partido que te condenaba a jugar la Promoción. Pero como se habían dado las cosas, se festejó. Estábamos muertos y resucitamos. Ahora nos quedan dos escalones más contra un rival que va a ser muy complicado, que demostró que juega bien y que tiene un plantel joven y habilidoso. Sería un error pensar que ya estamos salvados porque volveríamos a caer en el mismo problema.
¿Cómo viviste el partido contra San Martín? Con muchos nervios. Pero con los minutos sólo pensaba en ganar. Escuché sólo un grito de gol de los hinchas. Después no entendía nada porque Colón hizo tres goles entre el gol de San Martín y nuestro empate. Sí nos enteramos en el vestuario que Banfield perdía 3 a 0 y eso nos calmó un poco. Después esperaba que los hinchas griten los goles nuestros. Y por suerte llegaron.
Al final jugaste de entrada.
Sí. Caruso (Lombardi) estaba algo indeciso se ve. No me molestó como se dijo, pero hablamos mucho y le dejé en claro que quería jugar porque me siento importante para el equipo. Lo mismo ahora. Si depende de mí, juego los dos partidos contra Instituto.
¿Pero físicamente estás bien? El problema es en la rodilla derecha, que se inflama. Pero yo quiero estar. En el primer tiempo o en el segundo, pero quiero sumar.
En los últimos partidos se vio que el equipo depende mucho de lo que hagas vos. ¿Lo notaste? Está a la vista que San Lorenzo tiene más entrega que fútbol. Pero eso no pasa porque juegue yo o no. Es porque estamos todos muy tensionados y te cuesta soltarte. Se complica tener lucidez en este momento. Entonces todos corremos de más, nos exigimos. La gente se da cuenta, por eso no nos insultan y nos dan ánimo.
¿Pero alcanza con correr? A esta altura tenemos que pensar en ganar y en dejar en San Lorenzo en Primera. Lo otro es un debate que se da en el fútbol argentino. Yo creo que no se juega bien, se juega feo.
¿Y por qué se juega así? Porque hay un nerviosismo extremo. Nadie arriesga nada. En mi caso, juego con la 10 en la espalda pero no me paro como enganche. Creo que el único que lo hace es Boca porque lo tiene a Riquelme. Se usa mucho el 4-4-2 para cuidar el orden. Hay que irse acostumbrando porque hoy un pibe de Inferiores que tiene buen pie para ser enlace lo primero que hacen es tratar de tirarlo a una banda.
Entre foto y foto el Pipi mira el escudo de la AFA y se acuerda de sus tiempos de Selección.
¿Qué recuerdo tenés de Bielsa? Es un fenómeno. Una persona muy respetuosa y que se entrega de lleno al fútbol. Aunque fue breve el tiempo que compartí con él me dejó una gran impresión. Por algo logró tanto y es querido por todo aquellos que lo tuvieron.
Mientras en San Lorenzo Caruso analiza si lo pone o no como titular en Córdoba, él de su futuro (el contrato le vence la semana que viene) prefiere no hablar porque “sólo pienso en Instituto”. Y aclara algo: “Leí en algún lado que yo le prometí a los hinchas que nos vamos a quedar en Primera. Aunque lo deseo, eso no lo puedo asegurar. Pero sí les juro que estoy haciendo todo lo posible. Nos estamos matando con el plantel para eso”.
Renguea un poco, se endereza y entra al predio una hora antes del horario previsto para la práctica. Está firme el Pipi , ese ídolo que sostiene a San Lorenzo.
Fuente: Clarin
Marianela Colipe