El emblema del Ciclón se mostró confiado de cara a la Promoción que jugará contra Instituto; "Pelear el descenso, sin dudas, no se compara con nada, es una presión angustiante", admitió. "Les prometo a los hinchas que nos vamos a salvar", dijo Romagnoli, que, pese a sus dolores, es el más desequilibrante.
Por Sebastián Torok
24 de Junio de 2012 - 19:59
Sufre, pero el amor propio no le permite detenerse ni rendirse un instante. Le duele todo el cuerpo, hasta el alma. Está contracturado, acalambrado, con los gemelos hechos una roca. Hasta le cuesta respirar. Los pinchazos en esas rodillas maltrechas por tantas patadas, lesiones y kilómetros recorridos piden clemencia. Hace mucho tiempo que dejó de ser un pibe; tiene 31 años, es todo un referente, un símbolo. Es el último mohicano de San Lorenzo. Leandro Atilio Romagnoli es, con todas las limitaciones que padece a esta altura de su carrera, mucho más que un jugador importante del Ciclón. Es la bandera. El líder espiritual y deportivo. Es el único futbolista del plantel azulgrana actual que, en los momentos de mayor tensión, tiene la capacidad para enfriar la mente, pensar y actuar. "Muchos quieren ver a San Lorenzo en la B Nacional, inclusive algunos dirigentes de la AFA (...) Sabemos que se están hablando muchas cosas, pero es una mentira que algunos de nosotros no quieran jugar. Vamos a ponerle el pecho", había dicho antes del partido de ayer con San Martín, de San Juan, consciente de lo que se jugaba el equipo en el Nuevo Gasómetro. Y vaya si el habilidoso enganche cumplió con su responsabilidad de conductor: fue la figura del Ciclón en esta primera batalla contra los fantasmas del descenso, fue inteligente, claro para distribuir y adormecer la pelota. Además, participó activamente de los últimos dos goles, lanzando el córner para el cabezazo de Kannemann y asistiendo al uruguayo Bueno para que definiera. En definitiva, contagió a todos.
"Pelear por el descenso, sin dudas, no se compara con nada. Tengo muchos años de carrera en el fútbol y puedo decir que es una presión angustiante la que uno siente en estas instancias. Pero los jugadores estamos comprometidos, con ganas de sacar a San Lorenzo del fondo y estamos haciendo todo lo posible por conseguirlo. Hoy [por ayer] dimos un pasito muy importante. Pero todavía queda mucho y tenemos que encarar la Promoción con la misma actitud", analizó ayer, poco después del desahogo, el número 10, que fue reemplazado a los 38 minutos del segundo tiempo por José Palomino y recibió una de esas ovaciones que van más allá del reconocimiento por una buena actuación. "Le prometo a los hinchas que San Lorenzo se va a quedar en la primera división. Sé que vamos a superar este mal momento. Nos apoyaron mucho y necesitamos que lo sigan haciendo. Pero repito: les prometo a los hinchas que vamos a salir de esta pesadilla", añadió Romagnoli, muy seguro de sus palabras.
Hasta último momento no se sabía si Pipi sería titular. Su agrietada condición física lo ponía en un lugar secundario. Pero el entrenador Ricardo Caruso Lombardi se dio cuenta de que sería fundamental tener al enganche desde el arranque. "Charlé toda la semana con Pipi. Le dije que me había complicado, porque leí una nota en un diario en la que decía que estaba para jugar los 90 minutos y yo creía que no. Pero por suerte me dijo lo mismo, que quería jugar y le di el ok . Lo puse para que arrancara jugando por la banda izquierda y lo hizo bárbaro. Después se soltó, jugó más libre y fue picante. Es un distinto y les soluciona muchos problemas a sus compañeros. Lo necesitamos bien para los últimos partidos", explicó Caruso Lombardi.
En lo que va del torneo Clausura, no siempre Romagnoli pudo terminar los 90 minutos en buena forma. Pero ayer salió de la cancha por otra circunstancia mucho más gratificante: para recibir el cariño de la gente. "Yo estoy muy agradecido por el afecto de los hinchas en este momento. Pelear el descenso no se lo deseo a nadie. Nunca me había pasado esto. Ni en México ni en Portugal. No estoy acostumbrado. Se sufre mucho el hecho de llegar al último partido del campeonato y saber que te podés ir al descenso... Es una angustia muy grande. El momento todavía es delicado, pero confío que vamos a dejar a San Lorenzo en la primera, que es lo mejor que nos puede pasar", sentenció Romagnoli, el titiritero del Ciclón, el hombre, maltrecho y todo, que mantiene la ilusión encendida.
Fuente: lanacion.com.ar
Marianela Colipe
