El plantel azulgrana dio un espectáculo a beneficio de un comedor infantil; un millar de personas se rió con los sketches y quedó público afuera
MAR DEL PLATA.- Diego Capria en el rol de Teté Coustarot como co conductora de un desfile de modas muy especial . Walter Montillo y Walter García transformados en un dúo Pimpinela que canta poco y hace reír mucho. Y el "profe" Enrique Polola en el papel de enano. Todo vale y todo es posible cuando se trata de dar una mano a los que más la necesitan.
Así lo entendieron jugadores y cuerpo técnico de San Lorenzo. Anteanoche le pusieron una pausa a la pretemporada y los festejos del primer título del año para encabezar una cruzada benéfica. Con guiones y producción propios prepararon la obra "Café Concert", que subió a escena en el hotel 13 de Julio, de Luz y Fuerza, y sumó más espectadores que muchas de las piezas que están en la cartelera teatral de temporada. Casi un millar de simpatizantes acompañaron la divertida propuesta de sus ídolos y, a modo de entrada, donaron alimentos no perecederos que fueron destinados al comedor infantil El Indiecito, del barrio Belgrano, de esta ciudad.
"Superó todo lo que podíamos imaginar, y eso es muy bueno", dijo el entrenador del equipo, Néstor Gorosito, emocionado por la respuesta de la gente de San Lorenzo y muchos que sin tener afinidad con el club también se acercaron para hacer su aporte solidario.
Con las donaciones fueron tan exigentes que hasta algunos periodistas pasaron un mal trago. Cordone y Capria no dejaban pasar a un cronista y un camarógrafo si el canal local para el que trabajan no colaboraba con alimentos como cualquiera del resto de los presentes.
El salón estuvo colmado. Unas 300 personas se quedaron en la puerta, sin posibilidades de ingresar por falta de espacio físico. "Hay que hacer otra función", reclamaban los hinchas, que no se querían perder el show. La idea fue conversada por Polola y el resto del cuerpo técnico y luego trasladada a los jugadores, que pronto aceptaron el desafío.
Un rato antes de la medianoche las luces del escenario vieron subir a un Polola caracterizado como un simpático monologuista de no más de 1,20 metro de altura. Sus gags fueron festejados por todos.
Pero la platea celebró con ganas las ocurrencias de los jugadores. Lo de Montillo y García se llevó los mejores aplausos. También lo ovacionaron a Cornejo, no ya por sus gambetas y caños, sino por sus pasos de baile al ritmo de los temas de la Mona Jiménez y vestido de mujer. Fue un show. Casi tan desopilante como el que lograron, entre otros, Romagnoli, Ramírez y Orion cantando temas de Bandana.
Pero las pelucas, las polleras y las bocas pintadas fueron para todo el plantel a la hora de parodiar un desfile al estilo de los organizados por Roberto Giordano.
"La humildad de estos muchachos es un ejemplo para todos", dijo José Roberto Gutiérrez, responsable del comedor infantil que recibió cientos de kilos de comida gracias a esta iniciativa. Varios de los chicos que almuerzan, meriendan, cenan y hasta viven en la sede de El Indiecito también agradecieron a viva voz a jugadores y cuerpo técnico de San Lorenzo que, a pesar de lo avanzado de la noche, se tomaron su tiempo para firmar autógrafos y sacarse fotos junto a los hinchas que los aclamaban. Una actitud elogiable.
LEANDRO ATILIO ROMAGNOLI O LOURDES DE BANDANA?
Jueves 05 de febrero de 2004 | Publicado en edición impresa
Por Darío Palavecino
Corresponsal en Mar del Plata
Fuente: Diario La Nacion
Marianela Colipe